miércoles, 15 de enero de 2014

Escapada de fin de semana: el camino de los grandes embalses de Galicia

Con todo lo que ha llovido se me ocurrió echarle un vistazo a los embalses gallegos para ver cómo andan de llenos. En la web de embalses.net podéis consultar su estado prácticamente en tiempo real y saber si están desaguando o no. Lo hice porque me parecía una excursión interesante para el fin de semana. Resulta impresionante ver como sueltan agua por sus compuertas algunos de ellos.
 
Hay que tener cuidado, en épocas como ésta, al pasear por los senderos que hay presa abajo. Un aumento de caudal puede darnos un susto. ©F.J.Gil

Hay varios que están por encima del 95 por ciento. Y he visto que Os Peares se encontraba en la tarde del 14 de enero de 2014 al 98 por ciento.
 
Los embalses de Franco
La mayoría de los embalses fueron construidos durante las décadas de 1950 y 1960 cuando España fue objeto de un ambicioso plan de expansión de la energía hidroeléctrica que plagó de centrales toda su geografía. Galicia no fue una excepción y en esos tiempos fueron construidas las mayores presas sobre los ríos gallegos. Medio siglo después, aquel enorme impacto ambiental se ha convertido en un nuevo ecosistema en el que, de repente, en medio de un río aparece un lago de grandes dimensiones.


La presa de Frieira es la última en el curso del Miño y la primera de nuestra excursión.©F.J.Gil
La excursión que os propongo nos lleva por la orilla del Miño, en dirección a Ourense. Si hacemos el viaje en tren, nos encontraremos, al llegar a Frieira con la última presa del río Miño: la última de su curso y la última en construcción. Pertenece al municipio pontevedrés de Crecente y está justo en un punto del río en el que cada orilla es de una provincia. A la derecha, Pontevedra, a la izquierda Ourense. La presa de Frieira fue inaugurada en 1970, tiene una capacidad de 44 hectómetros cúbicos y el embalse se extiende, río arriba formando una lengua de agua encalmada de 4,66 kilómetros cuadrados, un 30 por ciento mayor que la Laguna de Sanabria, que en primavera y verano se puede recorrer en catamarán, pasando por delante de los balnearios de Cortegada y Arnoia.

 
El siguiente está en Castrelo de Miño, muy cerca de Ribadavia. Fue inaugurado un año antes, en 1969 y su construcción supuso la desaparición de uno de los valles más fértiles de la provincia de Ourense. “Morrer en Castrelo do Miño” de Xosé Fernández Ferreiro narra el drama que esta obra representó para un pueblo que no se beneficiaría del progreso que estas centrales llevaban muy lejos de donde perpetraban su feroz impacto. Hoy el embalse se ha convertido en un espacio de práctica de deportes náuticos en un lago que se extiende en casi 8 kilómetros cuadrados.

 
El siguiente que nos interesa, al margen del pequeño Velle en las afueras de Ourense siguiendo la carretera N120, se encuentra en uno de los enclaves singulares de Galicia. Os Peares. Os Peares es una localidad que pertenece a dos provincias, tres municipios y dos diócesis. En ella confluyen los ríos Búbal, Sil y Miño.

Sobre el río Miño, el embalse de Peares, que podremos cruzar con el coche para llegar precisamente al pueblo, fue el primero que se construyó sobre el río Miño, en 1955. Tiene una capacidad de 182 hectómetros cúbicos y su agua embalsada se extiende por un lago de algo más de 5 kilómetros cuadrados. Río Arriba está la provincia de Lugo y la Ribeira Sacra del Miño. La altura de la presa es mucho mayor que las que le siguen río abajo. Peares. De hecho, aunque el embalse tiene menor superficie que Castrelo, triplica en cambio su capacidad.

 
Si volvemos unos cientos de metros por nuestros pasos y seguimos el Sil aguas arriba, nos encontramos, primero con una pequeña presa, la de San Pedro y, unos kilómetros río arriba, siguiendo la misma carretera, llegamos a la presa más grande de cuantas tiene el Sil en Galicia. Santo Estevo es el quinto embalse de nuestro ranking gallego, con 213 hectómetros cúbicos de capacidad y una superficie de agua embalsada de 14 kilómetros cuadrados que se encajonan en las angostas gargantas que forman los cañones del Sil. Su construcción fue paralela a la de Peares y mientras el del Miño era obra de Fenosa, éste de Santo Estevo fue construido por Iberdrola.


Más antiguo que los dos que acabamos de visitar, y más pequeño también, el de Chandrexa merece sin embargo una visita. La carretera para llegar a él, desde Montederramo ya es todo un espectáculo. Chandrexa de Queixa es un hermoso municipio de montaña, rodeado de cumbres. Muy cerca de su núcleo de población principal se encuentra la presa, con una altura de 85 metros y una longitud de coronación de 236, la presa de Chandrexa propicia un lago artificial que tiene la misma extensión que el municipio de Mondariz Balneario, el más pequeño de Galicia.

Nos vamos ahora al extremo oriental de la provincia de Ourense, donde se encuentra la mayor concentración de embalses de toda Galicia. Tal vez por el hecho de que los valles son muy pronunciados y propiciaban este tipo de obras hidráulicas. Lo cierto que ningún otro municipio acumula tanta agua embalsada como el de Vilariño de Conso, con nada menos que tres presas. Dos de ellas son muy pequeñas y fueron construidas en las décadas de 1970 y 1990.
 
La más reciente fue la que se construyó sobre el río Cenza y que se concluyó en 1993. Este embalse es singular por su presa escalonada y por el paraje natural en el que se encuentra. Por desgracia alteró uno de los pocos valles glaciares de Galicia. Muy cerca se encuentra el pueblo de Chaguazoso de gran valor etnográfico. No todos los embalses son de la era Franco. También tenemos alguno de la época de Felipe González. Éste, la verdad, no era una necesidad imperiosa como para justificar el estropicio que causó.
 

El embalse del río Cenza, en Vilariño de Conso se emplazó sobre la morrena de un antiguo Glaciar. Un disparate más, perpetrado en la década de 1990. ©F.J.Gil

El de Edrada Conso, sobre el río Conso, es un pequeño embalse de 1 hectómetro cúbico con una presa de 23 metros de alto que fue construida en 1976.

Pero Vilariño es un municipio de gran extensión territorial, con 200 kilómetros cuadrados y pronto nos encontraremos con el impresionante embalse de As Portas. Es el segundo de Galicia en capacidad de almacenamiento de agua. Nada menos que 536 hectómetros cúbicos que se acumulan en su lago embalsado de doce kilómetros cuadrados. Son aguas profundas puesto que la presa, construida entre 1973 y 1975 es la más alta de Galicia: 141 metros.
 
Impresiona pasar por esta carretera que discurre al pie de la presa más alta de Galicia, la del embalse de As Portas. ©F.J.Gil
 
El aspecto de la presa es impresionante y una carretera circula por sus cercanías ofreciéndonos una estampa digna de ver.
 
¿Qué nos queda, después de esta sobrecogedora imagen?
 
Nos queda seguir el curso del Miño desde Portomarín hacia Chantada. Veremos cómo el río comienza a tomar forma de ría por la anchura y profundidad de sus aguas, en medio de la Galicia interior. Es el efecto del embalse de Belesar. La madre de todas las presas gallegas, fue construida entre 1959 y 1963 y propicia la existencia de un lago de dieciocho kilómetros cuadrados cuyos efectos se extienden, río arriba, casi cincuenta kilómetros. Belesar tiene una presa de 600 metros de longitud de coronación y una altura de 135 metros. Su capacidad es de 655 hectómetros cúbicos. Las otras cuatro presas sobre el Miño juntas apenas suman la mitad del agua que es capaz de embalsar Belesar.
El embalse de Belesar anegó la villa medieval de Portomarín. Obsérvese el viejo puente, casi cubierto. El día que se tomó esta imagen el embalse estaba por debajo del 40 por ciento de su capacidad.©F.J.Gil





La presa de Belesar se ve desde la carretera, muy cerca de Chantada. ©F.J.Gil 
Cincuenta años después de su construcción, Belesar ya forma parte del paisaje de Galicia y a su alrededor, como sucede con las otras presas, la vida se ha modificado y acomodado al nuevo estado de los ríos. Son los mares interiores de Galicia.

Hasta ahora el lado agradable de la excursión. Pero no quiero acabar este reportaje sin plantearos una reflexión. Las empresas eléctricas cambiaron el paisaje de Galicia en menos de 50 años con docenas de embalses. ¿Dónde está la riqueza que se obtiene de la extracción de energía de nuestros ríos? Galicia solo consume un tercio de la energía eléctrica que produce. Con la generación de las eólicas y las hidráulicas, no necesitaríamos centrales térmicas, pero la contaminación que produce esta energía "limpia" se queda en Galicia, muy lejos de las casas de los dueños de la electricidad que se forran exportándola a otras comunidades. Solo la contaminación: ni el empleo, ni los impuestos ni los beneficios.

2 comentarios:

  1. Recuerdo las "excursiones" que nos llevaron a algunas de las presas ahí recogidas. Operación Barbarroja. Un abrazo.

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    1. ¿Te acuerdas cuando fuimos al de Cenza y al de As Portas? menudo miedo con el tiempo tan adverso que hacía, sin cobertura en el móvil ni un lugar donde comer.
      Otro para ti.

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