viernes, 11 de noviembre de 2011

Naranjas, el arte de prepararlas y comerlas



Si tuviera que elegir una fruta como la reina de todas ellas, créanme, sin dudarlo, elegiría la naranja. Personalmente las prefiero grandes y muy dulces que llegan a nuestra mesa allá por la segunda mitad del mes de diciembre y se mantienen así durante dos o tres meses. Las de ombligo: Washington navel, navelinas, navel late, Valencia late…

Comestibles a cualquier hora, podríamos llevarlas en la mochila y tomárnosla en cualquier descanso de una excursión. Pero yo hoy lo que traigo no es una naranja sino un libro. "Naranjas, el arte de prepararlas y comerlas".
Este título, publicado en 1931 vuelve ahora a la luz gracias a la editorial Trea que lo ha reeditado en su colección gastronómica, en mi opinión la mejor de cuantas existen en nuestro país, “La comida de la vida”.
Dionisio Pérez, o lo que es lo mismo, Post Thebusem
"Naranjas, el arte de prepararlas y comerlas" es un buen argumentario para devolver la naranja con los honores que merece a los menús de nuestras comidas o cenas, ya sea en un entrante, como ensalada, en un plato de pescado, como el bacalao con naranja, o de segundo con un pato a la naranja, y desde luego en cualquiera de los muchísimos postres que pueden llevar este fruto de protagonista.

De la recopilación de las recetas se encargó hace justo ochenta años Dionisio Perez, que firmaba sus trabajos gastronómicos como Post Thebussem, en homenaje a Mariano Pardo de Figueroa, el doctor Thebussem. Dionisio Pérez fue, sin duda, una de las grandes figuras de la literatura gastronómica española de la época y un gran periodista, el primero que ganó el "Mariano de Cavia".

Gregorio Marañón
Le precede en el libro un texto de otro de los grandes de nuestra cultura, Gregorio Marañón. Médico, pensador, gran humanista  y republicano.  El doctor Marañón,  con su sabia y bien armada prosa, nos recuerda que además de deliciosa, la naranja es uno de los alimentos más sanos que existe y nos lleva de paseo por la historia de esta fruta, tan arraigada hoy día entre nosotros, tan española, tan mediterránea y, sin embargo, durante muchos años mucho menos apreciada de lo que en justicia merecía.


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