lunes, 23 de abril de 2012

Mearon por encima de nuestras posibilidades (pero no dijimos que lloviese)

Leí hace unos días que el gobierno de Rajoy tiene entre sus planes para reducir los gastos en el capítulo de Sanidad, aplicar el principio de reciprocidad en materia sanitaria. Me explico: la sanidad será gratuita para aquellos extranjeros de países en los que la sanidad es gratuita para los españoles. De todas las medidas que ha adoptado hasta ahora el gobierno conservador ésta es la más lúcida. Lo que no entiendo es por qué no se aplica la misma reciprocidad en otros asuntos. Por ejemplo: ¿Por qué no mandamos de vuelta a los soldados que tenemos en Afganistán, en el Líbano y en otras aguas que no son de nuestra jurisdicción? Buena parte de la situación en la que se encuentra nuestro país se debe a que ha vivido por encima de sus posibilidades. Vivir por encima de las posibilidades, en el caso de un país, no es que sus ciudadanos coman nécoras en vez de chopped o tengan un Audi en vez de un Panda. Muy al contrario. Fueron otros los que vivieron por encima de nuestras posibilidades. Mearon por encima de nuestras posibilidades y ahora nos quieren hacer creer que llueve.
España vive por encima de sus posibilidades cuando se convierte en el primer país de Europa en kilómetros de alta velocidad, pero en cambio tiene que comprar la tecnología para desarrollarla a Alemania, a Francia y a otros países.
España vive por encima de sus posibilidades cuando sus dirigentes deciden construir aeropuertos como el de Ciudad Real, o el de Badajoz o el de Castelló, cuando no hay aviones ni demanda de uso que se cierna sobre el horizonte. ¡Qué disparate apostar por la alta velocidad y la aviación a la vez! Es como empeñarse en llevar cinturón y tirantes en el mismo pantalón.
Galicia vive por encima de sus posibilidades cuando deciden construir mamarrachadas como la Ciudad de la Cultura en el monte do Gaiás y en cambio no saben cómo acabar con el problema endémico del fuego en los montes de verdad. Todavía estoy esperando al buen pirómano (si hubo un buen ladrón tendrá que haber un buen pirómano) que se acerque por el Gaiás, aunque con tanto hormigón dudo mucho que arda.
Y desde luego, España vive por encima de sus posibilidades cuando mantiene un gasto militar improductivo como es mantener contingentes en Afganistán, en el Líbano y en otros países.   
Que Estados Unidos tenga tropas por todo el mundo es lógico. La industria militar norteamericana es la primera locomotora científica, industrial y económica de dicho país. No tenemos más que recordar que si la carrera espacial fue posible fue gracias a la guerra fría y con ella prosperaron industrias como la aeronáutica, la de las telecomunicaciones  y toda la industria informática desde los computadores hasta internet. Pero, ¿qué se nos pierde a nosotros en Oriente Medio o en Afganistán? Solo el dinero. El dinero que debería destinarse, por ejemplo, a mejorar las condiciones de competencia de nuestra economía. Y la competencia no se consigue abaratando costes, sino generando nuevos elementos de riqueza. Si Alemania tiene una economía más sólida y competitiva que España no es porque los sueldos de los alemanes sean más baratos que los de los trabajadores españoles, ni porque tenga una administración pública más reducida. Muy al contrario: los salarios son más altos, hay más funcionarios en términos porcentuales y en términos absolutos.
Para salir de la crisis hay que recortar gastos. Pero no todos los gastos.  En cambio, hay que poner fin a todas las mamarrachadas: aeropuertos en Castelló, Ciudad Real, Badajoz y… por supuesto, el Gaiás.
Decía Goebbels que cada vez que alguien le mencionaba la palabra cultura se le iba la mano a la pistola. A mí me pasa lo mismo cuando alguien me menciona la Ciudad de la Cultura. Lo cierto es que no llevo pistola. Pero mi pluma está más cargada que una Luger.

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