El comedor estaba muy concurrido con personas del lugar y alrededores. ©Sesé Ares. |
Cuando llegas
a una villa como Cambados, con tantos restaurantes, vinotecas, taperías...
caben dos opciones: hacer un recorrido por sus calles, viendo precios y menús,
o confiar en la información que nos pueda brindar alguien a quien le
preguntemos. Siempre que puedo, me inclino por lo segundo. Llegué en plena
marea baja, con un ejército de mariscadoras a punto de ponerse a la faena y me
pareció que nadie mejor que ellas, sacrificadas trabajadoras del mar, para
darme el mejor diagnóstico. Me recomendaron Posta do Sol, justo frente a donde
estábamos. A la orilla misma de la ría de Arousa. El precio subía un poco del
que normalmente se maneja en los menús del día. Pero fue tan vehemente en su
defensa que no opuse resistencia. Cuando llegué al local tuve la sensación de
haber estado allí antes. No era un déjà vu. Realmente había comido allí años
atrás. Enseguida me acordé de la imagen del lugar y de los santiaguiños y la
centolla que habían caido en aquella ocasión.
La antigua cocina fue convertida en un elemento decorativo del comedor. ©Sesé Ares |
El comedor estaba casi lleno y ofrecía un aspecto acogedor, hogareño, con las
cortinas con sus puntillitas en las ventanas y una cocina hoy convertida en un atrezzo decorativo, que
exibía una limpieza inmaculada, como el resto del establecimiento, incluídos
los aseos.
Ya en la mesa, todo estaba perfecto y me llamó la atención que las
servilletas eran de hilo con un fino bordado de vainica doble. El menú ofrecía
no dos, sino tres platos más postre y café. En el primero había sopa, caldo,
ensalada o espárragos con mahonesa. De segundo, empanadas de zamburiñas, de
xoubas o una vieira. De tercero, había pescados a la gallega o a la romana, o
filete o milanesa o callos. Opté por la vieira al horno, elaborada con cebolla,
pan rallado... pero sin tomate, tal como a mi me gusta. Vi pasar varias
empanadas con buen aspecto. De tercero, callos. ¡Y qué callos! De los mejores
que tomé en mi vida. A pesar de existir una oferta variada de postres, todos
caseros, tras una comida tan copiosa el flan me pareció lo más suave.
El continente estuvo a la altura del precio. El
contenido, es decir el menú, no se quedó atrás. El servicio le añadió un toque
familiar. Pero todavía hay un cuarto mérito: en vez de una botella de mal vino, el menú del día incluía una copa de un vino aceptable y con denominación de origen. El Albariño incluido en el menú era el mismo que hace algunos años servían en la primera clase
de American Airlines.
Diagnóstico: calidad y cantidad, buena casa y servicio muy atento a un precio
perfectamente justificado. Un lugar en el que el menú del día exhibe igual calidad y trato que la comida a la carta.
La ficha:
- Nombre: Posta do Sol.
- Dirección: Ribera de Fefiñanes, 22, 36630 Cambados. Teléfono, 986 54 22 85
- Menú del día: 14 euros.
- Incluye: Primero, segundo, tercer plato, postre, café y bebida.
- Ofrece comidas a la carta con buena relación de calidad y precio en pescados y mariscos de la ría.
Calificación:
- Ambiente acogedor, buena calidad y extraordinaria limpieza.
- Excelente relación calidad/precio.
Hola Florindo..
ResponderEliminarEstuve el domingo 30/03 bajo una lluvia HORROROSA. Como somos de Villagarcía, CAMBADOS es sólo un pequeño paseo y vamos a menudo. La última vez fuera el jueves 6 de marzo, un día precioso (contrario al domingo pasado, qué horror!!!). Pues.. ese día visitamos el Pazo de Fefiñanes, que hace unos 3 años fue nombrado Bien de Interés Cultural y como tal, se puede visitar TODO EL AÑO, los martes a la tarde, gratis. Las reservas se hacen en la Bodega GIL ARMADA, familia propietaria y te hacen una visita guiada. La visita normal son 4 euros, salvo los martes a la tarde.
Tendremos muy en cuenta el Posta do SOL de Cambados para nuestra próxima excurisón.