Vitrina con el menaje característico de la era del lujo en el Orient Express. ©F.J.Gil |
Este año se cumplen 130 de la aparición del histórico y mítico
Orient Espress. Encontraréis, según las distintas fuentes que veáis, dos fechas diferentes adjudicadas al día inaugural: el 5 de junio y el 4 de octubre. Las dos son ciertas como comprobaréis en este reportaje que os he preparado.
El Orient Express fue la primera gran aventura de la compañía fundada por el
ingeniero belga Georges Nagelmackers. Nagelmackers había nacido en el seno de
una familia acaudalada, propietaria del que entonces era el banco más sólido y
prestigioso de Bélgica. Con estos antecedentes y un gran espíritu aventurero,
el joven ingeniero viaja a Estados Unidos y queda prendado, con 24 años, de los
coches Pullman, que desde dos años antes, 1867, circulaban por las vías
americanas en composiciones que eran calificadas como palacios sobre ruedas.
Decidido a implantar en los ferrocarriles europeos el
negocio de los coches-cama y los coches restaurantes, se asocia con Pullman en
1872 para construir las primeras unidades de estos vehículos, destinados a dar
un confort hasta entonces desconocido a los viajeros más pudientes. Sus
primeros servicios se desarrollan en los ferrocarriles del imperio
austrohúngaro, entre Viena y Ostrava. En 1876 constituye la Compañía
Internacional de Coches Cama y en 1883 cambia su denominación por Compañía
Internacional de Coches Cama y de los Grandes Expresos Europeos. Este añadido
no es gratuito, pues en ese mismo año, el 5 de junio de 1883, sale de la
estación París Este el primer tren internacional de lujo, que unirá las
ciudades de París y Viena. Unos meses más tarde, el 4 de octubre el Expreso de
Oriente que es así como se llama inicialmente, llega hasta la ciudad rumana de
Giurgiu. Los viajeros cruzan el Danubio en barco hasta la ciudad búlgara de
Ruse y allí hacen transbordo a un tren que los lleva hasta Varna desde donde
realizan el último tramo del viaje hasta Constantinopla en ferry.
A partir del
1 de junio de 1889, los viajeros que salen de París consiguen llegar a
Constantinopla sin hacer transbordos. El tren, que a partir de 1891 se
denominará Orient Express, está formado por dos furgones dedicados a equipajes
y diversas cargas, coche restaurante y dos o más coches cama. Los vehículos
están construidos en madera de teca y presentan una decoración exterior de
color crema. Los interiores constituyen el paradigma del lujo, solo superado
por los grandes trasatlánticos.
Un restaurante
convertido en símbolo
Durante la Gran Guerra (1914-1918) se suspende el servicio y
muchas de sus unidades son militarizadas, adscribiéndose a todo tipo de
servicios siempre acordes con la calidad de este tipo de coches. En uno de
ellos el 2419D, que durante el conflicto había sido utilizado por el mariscal
Foch, se firma el armisticio en las afueras de París, el 5 de noviembre de 1918.
Para los franceses este coche restaurante se convertiría en un símbolo de la
libertad. Para los alemanes, en el estigma de la vergüenza y la humillación.
En 1940 los nazis convirtieron el coche 2419D en escenario de la venganza obligando al mando francés a firmar en él la rendición tras la ocupación de París. |
Hasta
tal punto llega ese sentimiento que cuando Alemania ocupa París, en junio de
1940, el 2419D es sacado del museo en el que se exhibía y convertido en
escenario para la firma de la rendición francesa ante la presencia del mariscal
Keitel. Luego es enviado a Berlín y allí exhibido como un trofeo de guerra. Al
producirse el avance aliado sobre la capital alemana, los nazis lo destruyen
para evitar que se vuelva a convertir en un símbolo de victoria para sus
enemigos.
La edad de oro del
Orient Express
El período de entreguerras es el tiempo del esplendor de
este tren. A partir de 1919 se reinicia el servicio vía Viena y Budapest y se
establece uno adicional vía Milán, Venecia, Trieste, Zagreb y Belgrado, que
cruza el túnel del Simplón, y recibe el nombre de Simplón Orient Express. En
1930 se completa la oferta con una composición que permite la conexión de los
distintos ramales del Orient Express a los viajeros que llegan desde Londres
cruzando el Canal de la Mancha hasta Calais, desde donde llega a París y de ahí
a Estambul, ya sea por Viena o por Venecia, o a Atenas, con el Arlberg Orient
Express que une París con Zurich, Innsbruck, Viena, Budapest, Belgrado y la
capital griega.
El éxito del enlace con los trenes ingleses se hace patente
en esa época. Los viejos vagones de madera son sustituidos por otros más
modernos y sólidos, fabricados en acero en diferentes factorías europeas pero
que exhiben en todos los casos su librea azul con el escudo de los dos leones
de la Compañía Internacional de Coches Cama y de los Grandes Expresos Europeos.
Estos nuevos coches se convierten en emblemas rodantes de los nuevos estilos
artísticos de la época, como el Art Déco, que se materializa en el trabajo de
marquetería de los paneles de madera con incrustaciones de nácar y maderas
preciosas o las vidrieras dibujadas al ácido y las lámparas, algunas de ellas
firmadas por René Lalique.
Un restaurante de la CIWL como los que utilizaba el Orient Express sirve de cafetería en el Museo de Delicias en Madrid. ©F.J.Gil |
Las composiciones son largas y deben ser arrastradas por
potentes locomotoras de vapor, entre ellas las rápidas Pacific, que sitúan a la
cabeza de la composición las diferentes administraciones ferroviarias de los
países por los que circula el tren. Además de los coches cama de primera, se
acoplan coches restaurantes, que se convierten en coches salón fuera de las
horas de comidas. Para atender la gran demanda de servicios, la compañía sitúa
en parejas estos coches, llevando uno de ellos la cocina que atendía las mesas
de ambos coches. Algunos aristócratas y miembros de familias reales en vez de
viajar en el tren enganchaban su propio vagón al tren o bien fletaban un coche
privado que se añadía a la composición ordinaria.
Decadencia:
La Segunda Guerra Mundial suspende nuevamente los servicios
de este tren internacional. Finalizada la contienda ya nada vuelve a ser igual.
Se produce un lento languidecimiento que concluirá con la desaparición del tren
en 1977. En los años finales de la década de 1950 y los primeros de 1960 dejan
de funcionar el Arlberg Orient Express y el Orient Express tradicional,
quedando únicamente el Simplón Orient Express. A partir de 1962 ya solo operará
el Direct Orient Express, que pese a su nombre es mucho más lento que los
predecesores. Circula a diario entre París y Belgrado y dos días a la semana
extiende su trayecto hasta Estambul y Atenas.
En 1971 la CIWL renuncia a su actividad como operadora
ferroviaria y vende la mayoría de su parque de coches y furgones a las empresas
ferroviarias europeas. La administración ferroviaria francesa SNCF no solo se
queda con el material rodante del Orient Express sino también con la
explotación de la línea que mantendrá hasta 1977. En las guías de ferrocarril de la
década siguiente seguirá figurando el Orient Express, pero no tendrá nada que
ver con el lujo y el servicio prestado por la compañía de Nagelmakers.
Resurrección
Los coches cama y restaurantes de la CIWL tanto de Francia
como del resto de Europa (y eso incluye a los de los trenes de España) pasan a
ser propiedad de las compañías ferroviarias aunque mantienen la prestación del
servicio en manos de la multinacional belga que entonces es, simplemente WL, es
decir, Wagon Lits. Las administraciones ferroviarias retiran de la mayoría de
sus líneas los viejos coches de las décadas de 1920 y 1930 para sustituirlos
por otros más cómodos y dotados de mejores servicios a bordo, pero los mantienen como material de reserva en distintos depósitos de su parque móvil. Los restaurantes clásicos seguirán activos en muchos expresos nocturnos hasta bien avanzada la década de 1980, como sucede con el expreso Rías Bajas. Los coches cama de las series LX serán reemplazados por los YF.
A partir de 1977 un empresario de Kentucky afincado en Gran
Bretaña emprende la singular tarea de hacerse con el mayor número de coches
históricos de la antigua CIWL. James B. Sherwood, que así se llama el magnate consigue algunos en subastas, mientras otros los
adquiere a propietarios particulares. A continuación los restaura y rehabilita,
dotándolos de comodidades y lujos mayores incluso que los que tenían en origen.
Nace así el VSOE, el Venice Simplon Orient Express, el Orient Express para los
ricos que inaugura con su glamour la era de los trenes de lujo pensados no como
medio de transporte, sino como crucero ferroviario por Europa y el resto del
mundo.
El Orient Express en
la literatura y el cine
Un tren tan singular y glamuroso no podía dejar de saltar al
mundo de la ficción. Así, en 1932, comienza a rodar por la literatura. En
primer lugar de la mano de Grahan Greene. Todavía no ha cumplido los 28 años
cuando publica “Stamboul train” (1932), cuya edición americana cambia el título
por el de “Orient Express”, con el que se traducirá también al español. El
viaje de esta trama comienza en Ostende. El éxito del libro hace que muy pronto
sea llevado al cine, en 1934. Ese mismo año se publica la más famosa novela
ambientada en este tren: “Asesinato en el Orient Express” de Agatha Christie.
La escritora británica escribió esta historia en una habitación del Pera Palace,
el hotel de la CIWL en Estambul en el que solían hospedarse los viajeros del
famoso tren. 40 años más tarde, Sidney Lumet dirige la adaptación al cine con
un reparto estelar, encabezado por Albert Finney, haciendo el papel del detective
belga Hercule Poirot, y una pléyade de famosos convertidos en sospechosos
viajeros del coche de Calais, en el que se produce el crimen: Anthony Perkins,
Sean Connery, Vanessa Redgrave, Jacqueline Bisset, Lauren Bacall, Ingrid
Bergman, John Gielgud… Hubo otras
posteriores adaptaciones que quedaron absolutamente ensombrecidas por esta
primera versión. Greene volverá al Orient Express en su novela “Viajes con mi
tía” en la década de 1960 y Christie utilizará los trenes como escenario de
otras muchas historias, unas protagonizadas por Poirot (El expreso de Plymouth,
Misterio en el tren azul), otras por Miss Marple (El tren de las 4.50). Todas
ellas, tanto la novela de Greene como las de Agatha Christie serán convertidas
en películas ni la versión cinematográfica o de telefilme ni las novelas llegarán
a gozar de la popularidad de las que publicaron en la década de 1930.
Las otras efemérides
de 1883
Fuera del mundo ferroviario, 1883 nos sorprendió con otras
efemérides como la muerte de los artistas Gustave Doré (23 de enero) y Edouard
Manet(30 de abril); La del compositor alemán Richard Wagner (13 de febrero), o
la del economista y filósofo alemán Karl Marx (14 de marzo). En Vigo, el 3 de diciembre, fallece el médico y primer
cronista de la ciudad Nicolás Taboada Leal. 1883 fue el año del nacimiento de Franz
Kafka, de Walter Gropius y de John Maynard Keynes. El mismo en el que Nietzsche
escribe y publica la primera y la segunda parte de “Así habló Zaratustra”.
El 27 de agosto de ese mismo año se produce la explosión del
Krakatoa, un volcán situado en la isla del mismo nombre que desaparece
literalmente del mapa como consecuencia de la erupción del volcán. Las explosiones
de ese día todavía hoy son consideradas como el sonido más estruendoso jamás producido,
llegando a escucharse a más de 3.000 kilómetros de distancia. No fue la mayor
erupción de la historia. Ese trágico record lo tiene el volcán de Tambora en la
isla de Sumbawa el diez de abril de 1815. Su erupción provocó una alteración climática
planetaria en 1816. Ese fue el año sin verano, causando un desastre en la
agricultura de todo el mundo y que en Europa, sumada a la posguerra de las
aventuras napoleónicas, causó una tremenda hambruna.
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